Pues no, borjamari, suseguroservidor, por más que le tienten no va a entrar en polémicas sobre los (infinitos e interminables) premios a blogs.

La razón: aunque borjamari, suseguroservidor, se resiste como puede a aceptar tópicos sobre los caracteres nacionales, tiene que reconocer que considera bastante acertado ese que habla sobre la vocación española por la envidia, una envida que parece ser la verdadera causa de tantos "murmullos" de protesta a los que borjamari, suseguroservidor, por más que se empeñen, no va a servir de altavoz.

A uno pueden no gustarle los blogs "aspirantes", (alguno hasta puede resultar especialmente desagradable), pero no deja de ser incomprensible, salvo por un puro y duro ataque de envidia, esa indignación que algunos "no nominados" lanzan contra los "nominados" por el simple hecho de que estos han conseguido lo que ellos han sido incapaces de hacer.

Cualquier "premio" en una situación normal no sólo son los diez minutos de fama y halago de la vanidad de quien lo recibe, un premio es también el disgusto que se lleva quien esperaba ganarlo y se ha quedado sin él, y el escozor que provoca en quien le tiene manía al que lo ha obtenido.

Unas consecuencias que, por cierto, suelen ser lo más divertido de estas mojigangas

Pero no es este el caso; Aquí, ninguno de los nominados o ganadores recibirá un diploma, un busto, o un cheque, pero sin embargo sus patrocinadores, que estirarán el chicle todo lo que puedan (y más), le sacarán toda la autopromoción posible a una historia que, reconozcámoslo, "vende".

Tal y como están las cosas en los blogs, el premio se lo otorga a sí mismo quien lo convoca al condecorarse de una forma parásita con el posible prestigio del ganador.

Allá ellos.